A menudo hablamos sobre diversas enfermedades y dolencias que, de no ser tratadas a tiempo, pueden evolucionar en cuadros sumamente graves para la salud de tu felino. Sin embargo, la leucemia felina se trata de una enfermedad que desde su origen representa un riesgo bastante alto para la salud de un gato. En este caso la prevención es muy importante, ya que reconocer los síntomas y aplicar tratamientos puede ayudar, aunque no curar, este cuadro clínico.
¿Qué es la leucemia felina?
La leucemia felina (FeLV) es el nombre con el que se identifica la enfermedad crónica causada por un retrovirus que produce el debilitamiento del sistema inmune (inmunosupresión). Se estima que en España afecta entre un 1% y un 2% de los gatos que habitan el país.
Este virus destruye las células del sistema inmunitario y deja expuesto al organismo a diversas enfermedades e infecciones que pueden desembocar incluso en la muerte del felino.
¿Cómo se contagia la leucemia felina?
Las vías por las cuales puede contagiarse el FeLV son variadas, pero afortunadamente no todos los gatos expuestos al virus llegan a infectarse. Algunos son expuestos a una carga viral muy baja, que permite a su sistema inmunitario combatirlo antes de producirse la infección. A su vez, a diferencia de muchas otras enfermedades víricas, el retrovirus que produce la leucemia felina no es contagioso para humanos, por lo que las personas de la familia están a salvo de padecer esta enfermedad y pueden enfocar todos sus esfuerzos en la salud del gato o los gatos de la casa.
Las formas de contagio del FeLV son:
- Por medio de los fluidos salivales o nasales: este se trata del medio de contagio más frecuente del retrovirus, y se produce comúnmente por el acicalamiento felino y al compartir comederos o bebederos.
- Por medio de contacto con orina o excremento infectado: este es un medio de contagio menos frecuente, pero también posible. Un gato infectado con FeLV puede dejar carga viral en sus desechos corporales, y si otro gato tiene contacto con estos (especialmente por contacto con alguno de sus orificios corporales como nariz u boca) puede contagiarse.
- Por medio de transmisión materna durante la gestación o el amamantamiento: finalmente, el medio de transmisión de madres a hijos es otro de las formas de contagio frecuentes. Puede suceder durante la gestación (si la madre ya se encuentra contagiada o se contagia en el transcurso de esta) o durante el amamantamiento de los cachorros a través de la leche materna.
¿Cuáles son los síntomas de la leucemia felina?
Los síntomas de la leucemia felina son muy variados, ya que puede afectar a diferentes sistemas del cuerpo. Entre ellos se encuentran la fiebre, letargia, pérdida de apetito y un progresivo deterioro del estado de salud del paciente. También es frecuente la presencia de problemas respiratorios, cutáneos (de piel) e intestinales, pudiéndose producir todos a la vez en un mismo paciente, ya que son consecuencias provocadas por la deficiencia que causa el virus en el sistema inmunitario.
El 25% de los gatos infectados por FeLV desarrollan anemia, mientras que a la vez un 15% de los infectados desarrollan cáncer siendo el más común el linfoma (cáncer de los linfocitos) que produce tumores sólidos o leucemia.
Tratamiento para la leucemia felina
Como anticipamos al inicio del artículo, no existe un tratamiento que garantice la eliminación del virus de FeLV. Los tratamientos aplicados por los veterinarios comúnmente se enfocan en contrarrestar los síntomas causados por la enfermedad y otros originados por enfermedades secundarias agravadas por el padecimiento de la leucemia.
De esta forma lo que se busca es mantener una calidad de vida óptima para el felino y controlar a su vez los efectos de la infección. Lamentablemente aun así entre el 80% y el 90% de los gatos diagnosticados con leucemia fallecen entre los 6 meses y los 3 años desde su diagnóstico, pero es posible alargar ese tiempo, dependiendo en gran parte, de la rapidez con la que se realiza el diagnóstico y se aplica el tratamiento.
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La mejor forma de tratar la leucemia felina es previniendo su infección con vacunas que refuercen el sistema inmune de tu felino contra este virus para evitar que su organismo se infecte de forma permanente. Lamentablemente ninguna vacuna asegura un 100% de inmunidad, pero si reduce en gran medida la posibilidad de contagio. Por ello, en Centro Felino Cantabria te recomendamos encarecidamente que acudáis a nuestro centro para que tu minino se vacune y así evitar que su vida corra peligro. También es importante restringir el contacto de tu gato con otros desconocidos que puedan estar infectados y, en caso de que este sea diagnosticado, aislarlo de otros felinos para no propagar la infección